Nuestra Señora de la Merced de los Maitines recibió en Córdoba la esperada Coronación Pontificia.
A las 16 hs. comenzó frente al cabildo de la ciudad de Córdoba la celebración de la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de La Merced de los Maitines, con un acto ecuménico e intercultural.
Con la Virgen en andas por las cuadras del centro histórico de la ciudad, acompañaron su paso fieles laicos y representantes de diferentes credos. También estuvieron presentes las imágenes de santos y beatos que caminaron estas mismas calles. En la explanada de la Basílica de la Merced la esperaban otras personas congregadas aguardando el comienzo de la celebración.
Dispuesto todo desde la organización para vivir la ceremonia al aire libre, compartieron con los fieles presentes a través de pantallas un video que fue mostrando el recorrido misionero de Nuestra madre en días previos, en los que salió al encuentro de la gente en más de 20 puntos de la ciudad de Córdoba: barrios periféricos, polo sanitario, cárceles de hombres y mujeres, comedores barriales, centros comunitarios y el centro de la ciudad.
Estuvieron presentes participando de esta eucaristía el Sr. Intendente de la Ciudad Córdoba, Dr. Martín Yaryora; el Director de Turismo de la Municipalidad de Cba. Lic. Pablo Bianco; La Sra. Sub Directora de Culto de la Municipalidad de Cba. Mara Pedicino; el Sr. Director de BANCOR. Dr. Juan Fernando Brügger y el Sr. Director de Protocolo Municipalidad de Cba. Rodolfo Iparraguirre.
También fue parte de la ceremonia la Vice presidenta JARC filial CONFAR. La Hna. Adriana Barbieri, P. Jorge Silva, SDB (Decano Zona 1), la Sra. Coordinadora Red Kawsay de Córdoba. Maria Manfredy, y la Hna. Raquel Correa (Superior Gral. Dominicas de San José).
Además quisimos destacar la presencia de quienes formaron parte del proceso de restauración y conservación de la histórica imagen, Sra. Erika Almirón, responsable y ejecutora de esta especializada tarea; el orfebre Eduardo Rodriguez, quien desarrolló la revitalización de los atributos que se ofrecieron a la Virgen y engarzó piedras preciosas de distintos lugares del país; y la Sra. Catalina Breda, diseñadora de alta costura, laica de la comunidad de la Basílica de la Merced, quien confeccionó los vestidos de la Madre.
Presidieron esta celebración Mons. Carlos José Ñañez, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Córdoba, Mons. Angel Rossi, Arzobispo Electo de Córdoba, Mons. Pedro Torres y Mons. Ricardo Seirutti, Arzobispos Auxiliares, el obispo emérito de Mendoza, Mons. José María Arancibia y el Superior Provincial de la Orden de la Merced en Argentina, fray Ricardo Guzzo.
Acompañaron esta gran fiesta en honor a Nuestra Madre laicas y laicos de distintas localidades cordobesas, también de otras provincias de Argentina y religiosas y religiosos de distintas congregaciones.
Al comienzo de la eucaristía, Mons. Ñañez tuvo el gesto de recibir al nuevo Arzobispo electo para Córdoba, Mons. Rosi, y también agradeció la presencia del Intendente local, Dr. Martín Llaryora.
Una vez comenzada la celebración Eucarística, y en el inicio de la liturgia de la Palabra, por miembros de la Pastoral de Migrantes de Córdoba, representando distintas culturas, con sus ropas típicas acercaron el procesión las Sagradas Escrituras de manera creativa.
Al momento de la homilía, Mons. Ñañez recordó las postergaciones que fue teniendo esta Coronación con motivo de la pandemia, y destacó que, providencialmente, esta fecha en que se ha podido realizar, la Iglesia cada 7 de noviembre celebra a María Mediadora de todas las gracias. Esta es una característica y cualidad misma de María de La Merced, «la gracia de Dios para su pueblo”.
Haciendo referencia al acto de Coronar a María como reina, recordó los párrafos del evangelio de Mateo en el que Jesús es interrogado por Pilato cuando le dice “¿tú eres rey?” y posteriormente aclara que su realeza no es de este mundo.
Exhortó a comprender la realeza de Jesús desde el servicio y no desde el dominio, y María, como madre de Jesús, es coronada reina, entendiendo que su servicial realeza.
Ella se declara servidora del señor en el anuncio del Angel y en el Magnificat, y la destaca como la madre del Rey Mesías, que al pie de la cruz recibe el don de ser Madre del pueblo.
Destacó las cualidades de María como reina y también como mujer, por la delicadeza, la ternura de madre, entendido no como debilidad, sino como capacidad de acogida de todos tal cual son. Por eso es ella el refugio de pecadores.
Y por último, resaltó la fortaleza firme y serena en la prueba y el dolor… al pie de la cruz… de pie.
Para finalizar y haciendo referencia a la situación de la pandemia mundial, invitó a todos y todas a invocar a María como consuelo, pidiendo para que ya finalice esta situación sanitaria, como consuelo de quienes sufrieron enfermedad y la partida de un ser querido. También animó a orar por todas las necesidades de nuestra patria. Incluso hizo referencia a esta próxima jornada electoral que estamos prontos a vivir, reforzando la invitación a invocar a María en estos tiempos, cerrando con la afirmación “ruega por nosotros”.
Al finalizar la homilía comenzó el momento del Rito de la Coronación Pontificia, y se destacó como momento histórico, ya que desde 1892 no se hace una celebración así en Córdoba.
Al momento de la presentación de los atributos para Nuestra Señora de La Merced de los Maitines los fueron acercando al altar diferentes personas: el escudo lo trajeron quienes participaron del proceso de restauración y conservación de la imagen; la diadema de doce estrellas un matrimonio de la fraternidad laical de Mendoza; y la corona, una niña y un niño de la comunidad.
Con la autoridad que su excelencia el Papa Francisco le delegó, Mons. Ñañez, bendijo e impuso los atributos y la corona a la venerada imagen de Nuestra Señora de la Merced de los Maitines.
Este fue uno de los momentos más esperados, emotivos y memorables para todos los presentes y los cientos de usuarios que a través de la transmisión vía streamming siguieron la ceremonia. El Aleluya interpretado por la Cantoría de la Merced, el tañir de las campanas, los aplausos y las vivas a María, junto a los pañuelos y las lágrimas de emoción, concluyeron este momento junto a la bendición del obispo.
Para las ofrendas, un grupo de jóvenes laicos y representante de la Vida Consagrada acercaron tinajas de barro y canastos con flores y frutos, representando el trabajo humano y la bendición de Dios. Los dones del pan y vino llegaron en procesión, a manos de la mamá de un joven cordobés que falleció a causa de la pandemia, y una mujer que transitó su pena en la Cárcel de Bower, y hoy acompaña la realidad carcelaria.
Luego de la comunión, en el momento de Acción de Gracias, Mons. Seirutti leyó el decreto del Arzobispado de Códoba a través del cual, por solicitud de los frailes mercedarios de Argentina, la Junta de Religiosos de Córdoba y la Red Kawsay, se declara a María, Nuestra Señora de La Merced de los Maitines “patrona y protectora de la libertad y la vida amenazada”.
Se declaró a María, Nuestra Señora de La Merced de los Maitines “patrona y protectora de la libertad y la vida amenazada”.
Por decreto del Arzobispo de Córdoba, Mons. Ñañez.
En este otro muy impactante momento de la ceremonia, completaron el altar de Nuestra Madre las intenciones que las personas que llegaron a la misa escribieron en el ingreso; un almohadón confeccionado con retazos por trabajadoras del proyecto social Lady´s en Mendoza, parte de la Pastoral Guadalupe; un par de sandalias cosidas y bordadas a mano que llegó desde Ecuador y cartelitos con intenciones que las personas entregaron a María durante los días previos de misión.
El intendente municipal de la ciudad de Córdoba ofrendó a la Madre un ramo de flores; y culminando este gesto, miembros representantes de la Red Kawsay colocaron afiches e imágenes pidiendo por las víctimas del flagelo de la trata de personas y recordando a quienes faltan de sus hogares, y que están siendo buscados en la actualidad.
Antes de finalizar, fray Ricardo Guzzo, Superior Provincial de la Orden de la Merced en Argentina expresó unas palabras, sobre todo de agradecimiento a las personas presentes y a quienes hicieron posible esta celebración.
Con la bendición final del Arzobispo, Mon. Ñañez, concluyó la celebración en un clima de fiesta y mucha emoción.
Las horas posteriores al cierre de la ceremonia, continuaron con un constante y conmovedor paso de los fieles frente a la imagen, bailes típicos de delegaciones de migrantes y argentinos, y el espectáculo musical llevado adelante por las cantantes católicas solistas Lily Ecu y Sandra Rivero.
Alegría, emoción, unidad, fraternidad y compromiso concreto fueron parte de esta fiesta en honor de María de la Merced de los Maitines, desde ahora llamada “patrona y protectora de la libertad y la vida amenazada”.
Virgen de la Merced de los Maitines, “con vos queremos servir, caminar y cantar”.
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