Desde 1536 los mercedarios hemos desplegado nuestra misión redentora y evangelizadora en Argentina buscando siempre descubrir, para liberar, a los hermanos que encarnan las nuevas formas de cautividad.
Desde entonces, religiosos y laicos seguimos el ideal redentor de Pedro Nolasco formando una fraternidad que experimenta en la vida diaria el fruto de la Redención que Cristo nos regaló con su entrega.
Los Mercedarios buscamos tener una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios. En ello fundamentamos nuestra vida en comunidad y nuestra misión, poniendo bienes y vida en favor de la fe y la libertad.