¡Feliz día maestras y maestros!

Celebramos la vocación docente y abrazamos con profundo cariño y respeto a las maestras y maestros que son parte de nuestras vidas, para siempre. Damos gracias por cada gesto que nos marcó e inspiró, y le pedimos a Nuestra Madre de la Merced que cuide y acompañe su servicio cada día. 

Compartimos el testimonio de la señorita Eugenia Bianciotti, del Instituto San Pedro Pascual en Ranelagh, Buenos Aires. Eugenia, representando a todos los educadores de la familia mercedaria en Argentina, nos cuenta sobre su llamado a educar en la libertad: 

 “Este año me desempeño como maestra de sexto grado A-B y C y quinto C en las áreas de matemáticas y ciencias naturales en el turno mañana y tarde.

Les cuento que mi vocación la supe a partir de ver, compartir y admirar a mi mamá, quien  trabajó como docente, directora, y se jubiló como inspectora en la localidad de Berazategui.  Observar su trato con sus alumnos y alumnas, verla tan contenta y emocionada por su trabajo fue  disparador para comenzar en el camino de la docencia.

Pienso además en otras personas que me inspiraron mientras crecía. De mi trayectoria en la escuela primaria, guardo en la memoria y en mi corazón el recuerdo de mi señorita Andrea de primer grado, y Alicia de quinto grado. De ellas fue inspirador el trato que tenían con nosotros, tanto como su paciencia y la capacidad de cuidar de cada uno. 

Cuando pensé en dedicarme a la educación, soñaba con poder transmitir confianza, seguridad, tranquilidad y ganas de que el conocimiento les pueda ayudar en su camino tanto en la primaria como en su vida.

¿Cómo llegué a la familia mercedaria? Pasaba todos los días en el colectivo volviendo del trabajo que tenía en ese momento, veía por la ventana la fachada del colegio que tanto me llamó la atención. Es por ello que decidí un día dejar mi currículum y así empezó mi hermosa trayectoria en el Instituto desde el 2004.

Fui creciendo en el carisma de La Merced a través de tantos años compartidos en el colegio, con personas que me han rodeado y apoyado en la trayectoria. Este caminar mercedario atraviesa mi vida cotidiana cuando puedo ayudar a mis alumnos y alumnas, y a su vez cuando puedo ayudarlos en los problemas que ellos me hacen saber.  

Sabiendo que hay distintos colegios mercedarios en Argentina, y que las diversas instituciones tienen las mismas misiones y valores que nosotros, lo mejor es que anualmente podamos poner en común con los diferentes centros del país los proyectos para así mejorar en conjunto.

De mi servicio cotidiano, me hace muy feliz lograr la confianza mutua con mis alumnos y alumnas y que ellos perduren en mi recuerdo, como también, que ellos se puedan llevar algún recuerdo de nuestras clases además de los contenidos dados.

Para finalizar, quiero agradecer a todas las personas que confiaron en mí para trabajar y unirme a este proyecto. A mis compañeras, ex compañeras,  personal no docente que me ha acompañado, a los directivos que me han guiado en esta tarea y a las Representantes Legales, quienes desde el principio depositaron una gran confianza y seguimos compartiendo la tarea día a día. ¡Feliz Día maestras y maestros!”