Vicaría para los Pobres en Córdoba

La Basílica de la Merced en Córdoba fue el lugar elegido por la arquidiócesis cordobesa para celebrar la creación de un nuevo espacio eclesial. La Vicaría para los pobres tiene como visión “encarnar en procesos y acciones transformadoras el rico potencial de santidad y justicia del pueblo de Dios”.


Desde su nombre pone en el centro, de manera ineludible, a quienes son los protagonistas y la razón de ser de este renovado rostro eclesial vivido en clave de sinodalidad, comunión y participación: los más pobres, priorizando las periferias territoriales y las personas en riesgo social grave.

En el marco de la acción de gracias por los diez años de la beatificación de José Gabriel del Rosario Brochero, “amigo de los pobres” y “pastor con olor a oveja”; y dando inicio a la novena patronal de la Virgen de la Merced, se escogió el templo mercedario para acoger esta ceremonia fundante, reconociendo la labor redentora de esta familia religiosa. 

A pocos días de recibir en Roma los atributos cardenalicios, el Arzopispo Ángel Rossi sostuvo que «la Iglesia elige a los pobres porque es el mandato evangélico. Lo heredamos del Señor. En Mateo 25 se expresa claramente: se cuida a todos, pero se pone la mirada especialmente en los más frágiles. El pobre es Cristo. El señor está presente en cada uno de los hermanos nuestros vulnerados o más heridos. El desafío es que los metamos al corazón, que creamos realmente esto, y que los sirvamos como merecen».

La Vicaría para los pobres, fue consagrada a Nuestra Señora de la Merced de los Maitines, declarada en 2021 por la Arquidiócesis de Córdoba como Madre y Patrona de la Libertad y la Vida Amenazada. En el manto de la histórica imagen, se colocó una insignia elaborada artesanalmente en cuero y arpillera que fue bendecida en la ceremonia.

Al finalizar la Eucaristía, y en un cálido mensaje para la familia de La Merced en Argentina, monseñor Rossi animó a la comunidad a continuar el camino del servicio a los pobres, sufrientes y cautivos de este tiempo. «En el carisma mercedario, el espíritu liberador está en el ADN. Por lo cual es una gracia que hayamos iniciado, o continuado este camino junto a Nuestra Madre de la Merced».