En el marco del “Mes de Mercedes” conversamos con Erica Almiron, restauradora y conservadora de obras de arte. Nos cuenta su experiencia y particulares detalles de los diversos modos de representar a la “Redentora de Cautivos”.
Erica es Licenciada en Pinturas por la Universidad Nacional de Córdoba, técnica en Restauración y profesora superior en Artes Plásticas. Ha trabajado con variadas imágenes de Nuestra Madre de la Merced, todas ellas muy significativas para comunidades mercedarias.
¿Con cuáles imágenes de La Merced has trabajado?
De mis años como restauradora he tenido la bendición de poder intervenir a ocho imágenes de la Vírgenes de la Merced. La primera fue en el año 2010, durante mi época de directora en el Taller de Restauración del Museo Genaro Pérez. Esta obra llegó desde Villa Viso, Salsacate, y tenía su estructura troncocónica, para vestir y con sus manos y rostro policromados.
La segunda y tercera, en el año 2012, pertenecen al Convento San Lorenzo Mártir de Córdoba y están en la Basílica de la Merced. Una es la imagen que sale en procesión, con características similares a la anterior, y también restauré las manos de otra imagen de la Virgen que está en la sacristía de la Basílica.
En cuarto lugar, está la imagen de la Virgen de la Merced que se encuentra en el camarín superior de la Basílica de la Merced, donada por la familia Allende.Técnicamente es una imagen de vestir, policromada en rostro y manos y su interior también troncocónico. Fue en 2015.
La quinta imagen pertenece a la localidad de La Cruz, era una imagen de cuerpo entero, de yeso policromado y es la única que tenía el Niño en sus brazos. Fue un trabajo del año 2015.
En el año 2019 comenzó la intervención de la maravillosa “Maitines”, es una escultura de cuerpo completo pero para vestir, policromada en rostro, manos y pies. Es articulada por lo que se convierte en una imagen sedente.
Después, en 2021 llegó la imagen de la Merced del Colegio León XIII, de las mismas características que todas las anteriores.
Y por último la Merced de Tucumán, imagen de cuerpo completo pero adaptada para vestir. Fue en el año 2022.
¿Qué descubriste sobre los modos de representar a Nuestra Madre en distintos lugares y en diversas épocas?
La observación es muy importante a la hora de encarar una intervención, yo aplico una metodología que abarca todo lo que posee la obra. Aquí podemos decir que la iconografía juega un papel muy importante, ya que me permite estudiar y reconocer sus atributos, para identificar a cada imagen, y éstos a su vez van respondiendo a tiempos y estilos diversos.
En el caso de la Virgen de la Merced, sabemos que sus atributos son: vestido blanco, escapulario, escudo de la Orden, los grilletes, cadenas, a veces el niño en su brazo izquierdo, a veces descalza, con corona, cabellera larga y con matilla.
En Argentina también luce la banda y faja de Generala del Ejército Argentino junto al bastón de mando ofrecido por el general Manuel Belgrano y la corona Pontificia.
¿Qué similitudes y diferencias encontraste entre esas imágenes?
En su mayoría son todas muy parecidas, van variando los estilos y las técnicas de ejecución, la manufactura de origen europeas o americanas del periodo virreinal. A veces hay mensajes ocultos dentro de la imagen, que solo son encontrados a la hora de realizar una restauración de la pieza.
Un gran ejemplo de esto es la Virgen de la Merced de los Maitines, porque en la cavidad bucal encontramos un papel adherido a su interior que decía el nombre del artista que realizó la pieza y el año de ejecución 1809. Si bien es un momento de la historia que los artistas escultores/imagineros no firmaban sus obras, se trata de otra forma oculta de manifestar la autoría realizada deliberadamente por el autor, sabiendo que solo de forma fortuita se podrá encontrar el contenido.
Hay imágenes para vestir, articuladas de cuerpo entero o sedente donde la ropa juega un papel fundamental desde el carácter simbólico, ya que puede ser donada y ofrecida como promesa de una petición especial. Lo mismo pasa con el pelo natural que llevan la mayoría de las vírgenes. Sucede igual con las alhajas y joyas. Podemos afirmar que la devoción y el agradecimiento a María en estas imágenes es infinita.
¿Por qué se dice que estas las obras “hablan”, cuentan historias?
En mi caso personal, yo me involucro demasiado con cada obra que llega a mis manos. Las estudio, las analizo a fondo tratando de abarcar todo lo que me ofrece. Quizás sea mi metodología de trabajo, la que me acerca más a las imágenes. También considero que cada obra a intervenir es un gran potencial de estudio, siempre hay algo nuevo por aprender.
La percepción y la sensibilidad con obras religiosas también es muy valiosa ya que siempre aportan historias nuevas a descubrir.
Ahora sucede algo inesperado, no siempre es igual en cada obra a restaurar, sino que la obra empieza a “contarte cosas”, estas cosas son interpretadas como elementos que antes no habías registrado, no lo viste o te encontrás con algo diferente en su iconografía, o cuando el dueño te cuenta que le cambiaron el nombre y vos descubrís después de haberla estudiado, su verdadero nombre. Es muy gratificante llegar a ese momento.
¿A nivel espiritual qué te ha significado realizar este tipo de trabajos?
De todos mis trabajos de restauración siento que la restauración de Nuestra Señora de la Merced de los Maitines fue muy especial. Durante muchos años quise realizar una intervención utilizando todos los recursos locales desde mi Córdoba, y con ella lo pude logar. De alguna manera empezamos a conectarnos con gente maravillosa y a encontrar los recursos tecnológicos para encarar la intervención de Maitines desde un abordaje científico como se hace a nivel internacional.
Considero que a través de ella, todas esas puertas comenzaron a abrirse. Siento que tengo un alto grado de afinidad con esta imagen tan maravillosa.
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