Mensaje de Pascua de Fray Ricardo Guzzo

“Cristo ha Resucitado… la Muerte ha sido vencida…”

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

Hermanos y Hermanas

Hoy despertamos pensando en ir al sepulcro, al encuentro del cuerpo del Amado que yacía solitario detrás de una Piedra imposible de mover. El peso de la tristeza, la angustia, la desesperanza ante el fracaso y la impotencia por la inhumana injustica y la deformación miserable de corazones enceguecidos por la riqueza, los honores y las ansias de poder, nos hacen caminar resignados en un círculo doloroso de sin sentido, llevando en nuestras alforjas perfumes y aceites que hagan más suave y llevadero nuestro andar

Pero el sepulcro abierto con la Piedra corrida nos hizo levantar nuestros ojos y logramos ver en el horizonte un nuevo amanecer.  Un amanecer sorprendente, jamás imaginado. El Sol de la Misericordia, se levanta radiante, anunciando una nueva y definitiva alianza de Paz y Reconciliación. La muerte ha sido vencida y el Viviente esta entre nosotros. Hoy nuestros corazones se elevan con una desbordante e incomprensible alegría, y hace explotar esa Piedra para siempre, pues ya no hay una que pueda detener nuestro camino, muestro compromiso con la Vida.

Gracias, hermanos y hermanas, compañeros de camino, religiosos y religiosas, laicos y laicas, hermanos nuestros vulnerados en su dignidad, con quienes caminamos juntos anunciando la Buena nueva de la Resurrección, por ser un signo visible de Esperanza Redentora

No quiero despedirme sin agradecer al P. Fr. Leoncio Osvaldo Vivar Martinez, nuestro Maestro General que, desde el 12 de marzo, visita nuestra Provincia Mercedaria de Argentina. Gracias P. Osvaldo, por haber vivido estas Fiestas Pascuales, como hermano y compañero en la vocación que Dios nos ha dado de ser Merced para el mundo.

Nuestra Madre de la Merced, Redentora de cautivos, suscite como en el corazón de Pedro Nolasco, la certeza de la Resurrección, fortaleciendo nuestros manos para seguir sosteniendo las vidas mas vulnerables en cada rincón donde los mercedarios nos disponemos alegremente a dar nuestras vidas.