Jóvenes mercedarios, «Entrelazando Culturas»

En la Semana de los Pueblos Originarios, conocemos más sobre el “Proyecto Entrelazando Culturas” de la comunidad del colegio mercedario León XIII. Junto a la profesora Cecilia Derosa profundizamos la riqueza de esta experiencia y repasamos el camino recorrido.

“Todo comienza hace treinta años, con un grupo de integrantes del colegio que visita a comunidades atacamas desde 1994. Comenzó siendo un viaje que propuso la profesora de geografía. Llevaban alimentos, ropa, paraban en la capilla de Susques un día o dos y después empezaron a acceder a Huancar. Los años siguientes y a medida que esto fue creciendo fue parte de la materia Formación Cristiana, y se propuso como viaje misionero. 

Primero se accedía a Huancar que queda a 30 Km de Susques y después se extendió a Pastos Chicos y Puesto Sey. Esa ampliación hacia los otros dos pueblos fue luego de que el proyecto pase a ser un viaje misionero, voluntario, de un grupo de estudiantes de 4°, 5°, y 6° año.

La diferencia entre la ciudad y la Puna hace que bajemos el ritmo, el volumen.. nos encontramos con una cultura que es muy agradecida con el entorno, como el ritual de la Pacha Mama que tiene que ver con lo que nos rodea, y toda su religiosidad es un profundo agradecimiento a la vida, a todo lo que va aconteciendo.

Generalmente cuando vamos preparamos actividades para los niños, como juegos y leyendas, de acuerdo a lo que surja para trabajar ese año en particular. Y con los grandes se preparan reuniones donde abordar temáticas como por ejemplo el alcoholismo u otras situaciones que nosotros no podemos solucionar, pero generamos espacios para hablar del tema, para tratarlo y pensar qué hacer con esto. 

En un momento, cuando se estaban por instalar las mineras, pensamos juntos qué dicen las leyes, qué es conveniente o no, cuáles son las ventajas y desventajas y qué implican las decisiones que se tomen. Lo que siempre hacemos son los talleres bíblicos compartiendo la Palabra, se hacen representaciones y se profundiza el encuentro con Dios.

En los últimos años ha sido más frecuente que nosotros aprendamos de ellos por ejemplo saberes y prácticas de cosas que hacen en su vida cotidiana. Tuvimos talleres de tejido y se intercambian técnicas, en otro momento nos enseñaron a hacer las tortillas con las características de las que hacen ellos, en Huancar hubo un taller donde nos enseñaron a hacer los ladrillos de adobe.

El cambio que se produce en los chicos y los grandes cuando regresamos es muy grande.

Cuando vamos por primera o segunda vez se nota un impacto en las diferencias culturales. El cariño con el que nos encontramos, aún sin conocernos, atraviesa las diversas maneras de pensar y mirar el mundo. Se hace como un clik cuando se está compartiendo, cuando uno puede abstraerse de la rutina para encontrarse con la gente, incluso con los compañeros de una renovada manera. Se desarrollan nuevos vínculos más sanos que los que a veces surgen.

Allá uno se encuentra con Dios, con la Naturaleza, con uno mismo.

Volvemos con el corazón lleno, aprendemos mucho. Cuando vamos por primera vez pensamos que vamos a hacer algo bueno, y en realidad uno termina atravesado, transformado por esa experiencia. Es una enorme riqueza te genera una nueva forma de mirar la realidad, cambia el modo de encontrarse con el otro. 

El proyecto Entrelazando Culturas surge en el año 2008, como respuesta y agradecimiento a las comunidades aborígenes de Huancar, Pastos Chicos y Puesto Sey que nos reciben todos los años en octubre con el grupo misionero de la escuela.

Surge la idea de recibir a los chicos y chicas de estas comunidades en Córdoba. Los chicos que habían ido el año anterior, con la profesora de Formación Cristiana se dividen en 5 grupos y cada uno de esos grupos prepara un día en el cual los reciben. En esos encuentros se realizan actividades recreativas, alguna visita turísticas en la zona, cocinan el menú de desayuno, merienda y almuerzo, y a la cena la ofrece algún otro grupo de la comunidad. 

El proyecto Entrelazando Culturas hoy está en el espacio curricular Formación para la Vida y el Trabajo. Durante todo el año se lleva a cabo esta planificación en la que interviene la profesora de Geografía preparando el circuito turístico, la profesora de Biología con el menú, que sea apropiado en relación a sus costumbres y a un nivel nutricional para la época del año en la que nos visitan que es noviembre. Las profes de Matemáticas preparamos el presupuesto y planillas de cajas, organización de recursos financieros, con la profe de Educación Física los estudiantes anfitriones preparan juegos recreativos para los chicos. Con la profe de Teatro organizan juegos y demostraciones artísticas y culturales.  

Entre el colegio y las tres comunidades se generaron lazos de familia. Eso es lo que las personas experimentamos. Por ejemplo, hay algunas artesanas que vienen a Córdoba a participar de las ferias y entonces se quedan en la casa de alguien de la comunidad, y luego las llevan hasta el complejo. O si alguien viene a visitar un familiar, también nos enviamos mensajes y nos juntamos cuando podemos. 

El encuentro entre los estudiantes misioneros y los chicos de las comunidades es muy fuerte. Aunque sea la primera vez que viajan, ellos los reciben y abrazan como si ya los conocieran. Y preguntan por los misioneros que llegaron antes. 

Y cuando vienen los chicos cada noviembre a Entrelazando Culturas, en los primeros días dicen que extrañan un poco a su familia, su lugar. El calor los agobia un poco, pero llega el fin de semana y ya no se quieren volver. O desean regresar el año siguiente.

En ese vínculo fraterno nuestros estudiantes ven realizarse el objetivo del proyecto para el que trabajaron todo el año. Es una experiencia gratificante poder cumplir un objetivo que adquiere mucha densidad y sentido cuando se encuentran con los chicos de Susques. Ven su sorpresa al experimentar lugares y actividades que no conocían. Los chicos de 4° lo pueden ver, nos acompañan, son artífices de ese momento y se ven transformaciones en esa vivencia también”.