El Instituto San Pedro Nolasco de Caballito incorpora nuevas aulas y salones, corredores y un gran patio con vistas a la Basílica Nuestra Señora de los Buenos Aires. Luego de mucho tiempo de trabajo y de un gran esfuerzo en todos los sentidos, la comunidad educativa se prepara para la bendición y apertura del nuevo edificio escolar.
La obra, que todavía continúa, fue pensada desde la identidad mercedaria, con materiales funcionales y modernos que la proyectan hacia el futuro de manera estética y segura. Su desarrollo está a la altura de grandes centros formativos del mundo, y presenta renovadas oportunidades para continuar ofreciendo instancias de aprendizaje inclusivas, transformadoras y liberadoras.
“Este es un edificio nuevo que lleva los cimientos de la esperanza, de la redención, del amor”, -dice el padre Carlos Gómez, superior de la comunidad – “representa el compromiso, donde todos de alguna u otra manera fuimos poniendo un poco los sueños, el esfuerzo, las ganas.
Cuando uno habla de ilusiones, proyectos, deseos, anhelos, uno piensa siempre con mirada pastoral. La mirada del Señor que nos invita a tener las puertas abiertas. Y en estos sueños, en estas ideas, pensar en el nuevo colegio llevó mucho tiempo y mucha demora por distintos motivos. Se trató de idear, planificar, buscar, pero sobre todo de pensar en lo mejor para los chicos, los docentes, la familia mercedaria.
Sentimos que podíamos brindar algo más todavía de lo que ya tenemos, de lo que somos, para poder crecer como comunidad. Por eso es que bendecir ahora el 2 de agosto nos lleva a pensar en esa noche del 1 al 2 de agosto, donde había muchas dudas, muchas sombras. Pero también había muchas ilusiones y ganas de confiar y de decirle que sí a Dios con la vida. Eso es lo que pensamos ahora para este momento, para este tiempo donde hay tantas sombras y pocas luces, pero la luz de la fe no se apaga sino que es capaz de iluminar a todos caminos de redención, de libertad, sembrando esperanza y libertades en todos porque es un llamado comunitario donde la Trinidad se hace presente y es visita, es encuentro es acogida, es compartir y sentir a Dios en todo”.
Consultado sobre la búsqueda en el planteo y desarrollo de la obra, el arquitecto Fernando Fontanella, repasa su propia experiencia como ex alumno de esta institución:
“Tuve muy presentes en los momentos del diseño todos los recuerdos de mi adolescencia aquí, eso fue muy importante.
Se buscó un planteo funcional y que esté a la altura de los estándares más altos en todo lo que es arquitectura escolar en el mundo. He tenido experiencia en construcciones de universidades y pudimos aplicar muchos conceptos específicos que resuelvan la problemática de lo que necesita un colegio hoy, pero principalmente de hoy para 30 años para adelante. Todo lo que el proyecto contempla está enfocado en función de eso y en función de garantizar la seguridad de los alumnos. Obviamente también tuvimos en cuenta aspectos de diseño, de decoración que van de la mano con todo lo mencionado.
Como ex alumno que soy tuve muy en cuenta la identidad mercedaria al momento de seleccionar algunas materialidades, algunos colores. Por ejemplo lo tuvimos en cuenta al hacer un mural donde se maneja conceptos de niños de inclusión, de infancias y el lenguaje de señas, como una cuestión de integración. Convocamos para que lo pinte a la muy reconocida artista plástica Carolina Antoniadis.
En todo momento el proyecto contempló la importancia de la Basílica Nuestra Señora de los Buenos Aires, de hecho hemos mejorado la visión de la basílica, porque estaba tapada por construcciones que fueron haciéndose con el tiempo. Ahora la integración de la iglesia con el colegio es mucho mayor que antes.
Tuvimos que hacer una presentación especial en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que costó mucho tiempo que nos aprueben. Esa gestión era para mover el pulmón de manzana para que el pulmón sea considerado el patio del colegio, y de esa manera poder tener un patio central mucho más grande del que teníamos y con un planteo en L con todas las vistas hacia la basílica. Lo que pudimos generar fue una implantación del proyecto de una manera que se relaciona muy bien con la basílica y con las construcciones existentes que van a ser parte de la futura parroquia”.
Mientras se preparan los últimos detalles del día de la bendición de los nuevos espacios, el Representante Legal del Instituto San Pedro Nolasco, Juan Ignacio Marchese nos cuenta cómo viven estas instancias:
“Lo estamos viviendo con una gran mezcla de emociones. Por un lado la ansiedad de que llegue el día de poder mudar las aulas al nuevo edificio (después de ver tanto tiempo la construcción desarrollándose). Con gran esperanza de poder seguir viviendo la educación liberadora y el clima institucional como hasta ahora. Soñando con las diferentes posibilidades a desarrollar en un nuevo espacio. Obviamente también ciertas dudas sobre una forma distinta de movernos por pasar de un lugar en su mayoría en una planta baja a 4 pisos, e ir creando nuevos recuerdos en otros espacios a los acostumbrados.
Esperamos con esto poder renovar energías. Genera mucha alegría y confianza que la Orden tenga tan gran apuesta a la educación. Con mejores instalaciones y más lugares poder desarrollar el potencial de aprender juntos. Animar este proceso de intercambio entre distintas generaciones y seguir trabajando por una educación liberadora, en clave pastoral, de manera inclusiva. Seguir creciendo en comunidad”.
Como familia de La Merced en Argentina, desde cada uno de los lugares donde estamos presentes, acompañamos este paso que es un logro para todos, y que sin duda tendrá un gran impacto en la vida cotidiana de esta comunidad.
Con la oración, y cercanos a la fecha en que celebramos la Inspiración de la Creación de la Orden de la Merced, damos juntos gracias a Dios.
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