Día de la Vida Consagrada

Cada 8 de septiembre, con motivo de la fiesta de la Natividad de la Virgen María, celebramos en Argentina el Día de la Vida Consagrada. Saludamos y agradecemos a todas las consagradas y consagrados de nuestra familia mercedaria por su renovado sí, y por cada gesto de entrega redentora.

Para representarlos, ofrecemos el testimonio de Hna. Cristina Azábal y fray Matías Bellanich, quienes nos cuentan su experiencia. Preguntamos sobre la Vida Consagrada, y los invitamos a que compartan cómo respondieron al llamado vocacional y de qué manera lo siguen actualizando. 

¿Qué es para vos la Vida Consagrada?

Hna. Cristina: “La Vida Consagrada es un regalo. Nadie lo merece, de pronto te encontrás metido en un proyecto que es mucho más grande que vos, pero es maravilloso. Un proyecto en el que Dios te ha metido y Él sabrá por qué. Entonces, seguirlo tiene mucho de abandonarse en lo que Él ve en nosotros y nosotros no estamos viendo.

¿Cómo respondí yo a ese llamado? Desde muy jovencita y con mucho entusiasmo. Con el mismo entusiasmo que tengo ahora. No sé, me parece que ahora tengo más. Porque las cosas de Dios son así. 

Y hoy continúo de la misma manera. Ciertamente viendo más las necesidades, viendo más tantas cosas que pasan, tratando de hacer abrir los ojos a la gente para ayudar a otros. Continúo así». 

Fray Matías: «Vida Consagrada es sobre todo eso: vida… En mi historia, descubrí y voy descubriendo que el Creador, la Trinidad Redentora, el seguimiento de Jesús, le dan sentido y fundamento a todo lo que soy… Reconozco mi vida como don y como don puedo ofrecerla a los demás, para que en ese ofrecimiento se revele Dios, por supuesto, viviendo siempre la tensión entre la fidelidad y el camino que todavía me queda por andar… Pero con Jesús y los hermanos como compañeros de camino, y el pueblo de Dios para quien nos consagramos que me dan esperanzas y certezas en medio de las tormentas.


Dios con su llamado me encontró antes que yo me pusiera a buscarlo. No siempre había entrado en mi proyecto de vida. Mi familia siempre fue un lugar donde aprendí a vivir la fe y afianzar mi propio camino de creyente. Pero fue cuando conocí a los mercedarios en Córdoba, cuando a los 18 años me vine de Entre Ríos a estudiar, que descubrí y aprendí cómo poner mi vida al servicio y comprometerme desde mi fe en Jesús, en una comunidad eclesial, por la libertad de los cautivos, en sintonía con todos aquellos y aquellas que buscan otro mundo posible, en solidaridad con los vulnerabilizados, luchando creativamente para que todos recuperemos la dignidad de hermanos. 

Los tiempos de discernimiento tanto iniciales como los que continúan cada día van afianzando mí respuesta al llamado: como consagrado, mi vida es un don de Dios que los cautivos pueden reclamar para recuperar su libertad».

Hna. Cristina hoy vive en un barrio marginal de la parroquia San Pedro Nolasco en Tucumán. Coordina la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis y visita a los muchachos de la cárcel de varones y a las mujeres detenidas en la Comisaría.  También es voluntaria del albergue nocturno de mujeres en situación de calle. Para ella, la incidencia de María en su vida es “simplemente mirarla, ver lo que hizo y seguir sus pasos”


Fray Matías vive en el convento San Lorenzo Mártir, de Córdoba y acaba de celebrar 10 años de profesión de votos solemnes. Para él “María de la Merced es la mujer, la hermana que quiere y lucha por la libertad de sus hermanos y hermanas, nosotros, hijos e hijas de Dios, mostrándome que siempre hay que permanecer con esperanza, de pie al lado de los nuevos crucificados de la historia. Es modelo de quien escucha la palabra con confianza y la pone en práctica, que en esa escucha me enseña cómo discernir y a «engendrar» y ser mensajero en la «visita» de la Salvación. Y nos muestra que tenemos que estar atentos para que la fiesta no se acabe porque el vino bueno y nuevo de Jesús siempre está disponible, aunque algunos, en estos tiempos, muchas veces, insistan en mostrarnos lo contrario”.

Les preguntamos a estos dos consagrados ¿qué es lo más bello de su vida entregada?

Hna. Cristina: “Lo  más bello de mi vida consagrada es la maternidad. Sin lugar a dudas. Desde muy jovencita Dios me dio ese don de dar la vida a mucha gente. pequeña, joven, mediana, grande…” Creo que eso es lo más bello, continuar la obra maternal de Dios y de María”. 

Fray Matías: “Lo más bello es hacer camino junto con otros y otras, buscando hacer presente el Reino, propiciando caminos de liberación, confiando con esperanza en que Dios no abandona la obra de sus manos, nos sorprende cada día si vamos profundizando en nuestra apertura al Espíritu en el discernimiento cotidiano y comunitario”.


¿Qué le dirías a quien sienta alguna inquietud vocacional?

Hna. Cristina: “Le diría que busque, que se ponga en marcha, en salida. Que ubique personas con quien charlar, contarle lo que le pasa, lo que le inquieta. Al principio no se sabe mucho qué es exactamente lo que se busca, por eso hay que vaciarse, abrirse y rezar mucho ¿Qué querés Dios de mi? Hay que descubrir la propia vida como Don, que todo lo que tengo y lo que soy se me es dado para la entrega… Por eso hay que crecer en la escucha de los clamores de la tierra y de la humanidad heridas, desde ahí nos llama Dios para estar con Él y nos envía”.

Fray Matías: “A alguien que siente alguna inquietud vocacional le diría que no pierda tiempo. que se lance, que se arroje. Que si le sale mal, bueno, siempre hay tiempo para volver a empezar, pero que no lo deje pasar. Le propondría que converse con alguien de su confianza, y adelante que es maravilloso entregarse a Dios”.