La Merced: 806 años de Esperanza Redentora

Iniciamos el mes fundacional para la familia de la Orden de la Merced. Celebramos este 1 y 2 de agosto un nuevo aniversario de aquella especial intervención mariana en la vida de San Pedro Nolasco en 1218. Una experiencia que iluminó su inteligencia y movió su voluntad para iniciar una Orden Religiosa Redentora.

En este nuevo aniversario de la inspiración de la creación de la Orden de la Merced, compartimos el mensaje del Superior Provincial de La Merced en Argentina, Fr. Ricardo Guzzo:

Provincia Mercedaria Argentina

Orden de la Merced

“LA MERCED… 806 AÑOS DE ESPERANZA REDENTORA”

El próximo 10 de agosto, estaremos celebrando un nuevo aniversario de fundación de la Orden de nuestra MADRE DE LA MERCED, gracias al noble corazón de un hombre, nuestro hermano y padre fundador, San Pedro Nolasco y sus compañeros y compañeras de camino. Ellos dejaron impreso, en el Libro de la Vida, una experiencia insondable que no ha podido acallar el paso del tiempo: Es verdad. “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”.

Sin embargo, Pedro Nolasco siempre fue consciente que hubiera sido imposible llevar a cabo su misión, junto a sus hermanos y hermanas, sin aquella inspiración que llego a su vida, esa oscura noche del 1 al 2 de agosto donde vio brillar, con la claridad de un nuevo día, una luz de Esperanza con rostro de Mujer.

Celebrar estos 806 años de historia, es tener nuevamente la oportunidad de sentir la presencia de María que renueva nuestra Esperanza. No la esperanza como un “estado de ánimo que presenta como alcanzable lo que se desea” sino como “virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes prometidos”, aquellos bienes que su Hijo consiguió para nosotros, en la entrega generosa de su Amor Redentor.

Una Esperanza Redentora que, en medio de la mazmorra, se abaja para recordar al cautivo lo que jamás ha perdido, su dignidad de hijo de Dios y nos lanza junto a ellos a soñar un futuro sin yugos y cadenas, donde la verdadera libertad, aquella que humaniza, nos hace construir un mundo de hermanos. Un mundo fraterno donde velemos, unos y otros, por nuestra Dignidad Humana y cuidemos la Casa Común con todos los seres que en ella habitan.

Nuestras Constituciones nos recuerdan que “Surgen hoy en las sociedades humanas nuevas formas de esclavitud social, política y psicológica, que derivan en última instancia del pecado y que resultan para la fe de los cristianos tan perniciosas como la esclavitud y cautividad de otros tiempos…”  (Cons. n°3)

Hoy estas formas nuevas se han multiplicado e incluso sofisticado al punto de parecernos inexistentes. Haciéndonos indolentes ante la injusticia, la corrupción, la confusión planificada, etc. Sin embargo, en cada una de nuestras comunidades y presencias, surgen formas nuevas y creativas de abordar esas nuevas esclavitudes desde las distintas áreas de nuestro servicio pastoral, gracias al compromiso de vida que cada uno asume y vivimos en misión compartida.

Aprovecho este mensaje para agradecer a todos los hermanos y hermanas: Consagrados y consagradas; laicos y laicas; a los hermanos primeros y últimos interlocutores en nuestro compromiso por abrir nuevos caminos de liberación y al pueblo fiel, que al acercase a nuestras comunidades, con su presencia, son también mensajeros de esta buena nueva de Merced.

Que este tiempo de celebraciones mercedarias que comenzamos a vivir, nos prepare para el encuentro con María y al alborear la primavera, en su día, podamos compartir con ella los primeros brotes de Esperanza Redentora.

El Señor les bendiga y fortalezca en el camino que, junto a Pedro Nolasco, nuestro hermano, transitamos en pos de un mundo más humano.

Buenos Aires, 1° de agosto de 2024