Ya está casi lista la corona de la Virgen

Mientras nos preparamos para la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Merced de los Maitines, avanzan los trabajos camino  al día de la ceremonia.  

El orfebre cordobés Eduardo Ignacio Rodríguez  está culminando las tareas de revitalización, acondicionamiento y creación de las distintas piezas, ornamentos y atributos que se colocarán a la histórica imagen.

En un minucioso y delicado trabajo, “Don Gato” -como todos conocen a este artista joyero-  dedica jornadas enteras y mucho amor  a la artesanal labor que honrará a Nuestra Madre.

“Este encargo me llegó a mí por casualidad, o porque la Virgen así lo dispuso. Cuando me lo propusieron casi digo que no, pero luego entendí que de alguna manera era la Virgen la que lo quería”, nos cuenta.

Conoció esta actividad  desde los 15 años, cuando por necesidad se ofreció para trabajar en un taller: “Éramos 5 hermanos, se vivían épocas duras…casi no teníamos para comer. Le dije a mi mamá que quería aprender un oficio. Ella tenía una gente amiga que la quería mucho, y el hijo  trabaja en una joyería. Y él me hizo el contacto. Fui, me presenté en el local, y al otro día estaba trabajando”.

Hoy con 77 años se siente feliz de ofrecer su servicio a María, y hace el trabajo como un cierre de su actividad laboral de toda la vida.

Partiendo de una añosa corona de plata, Don Gato se dio a la tarea de limpieza de la obra y completó las partes que faltaban o estaban rotas. Con el fundido de anillos y cadenitas que las personas le habían regalado a Nuestra Madre, bañó en oro la pieza. Luego le engarzó piedras preciosas muy significativas, entre ellas la Rodocrosita, que es identitaria de la Argentina.

Los elementos que hoy forman la corona fueron ofrendados por los fieles a lo largo de la larga trayectoria de esta devoción. El cariño de las personas está en esas joyas, como signo de agradecimiento o en cumplimiento de promesas, y poniendo en ellas los rostros, los nombres y las situaciones por las que con gran esperanza y confiados en su maternal amparo llegaron a la Virgen de los Maitines.

Cada estrella de la corona representa distintos rostros de los cautivos de este tiempo a los que estamos llamados a acudir como misioneros de redención. María nos impulsa al acompañamiento de las personas que sufren por la violencia, falta de oportunidades, adicciones, discriminación.

Queremos honrarla con esta Coronación Pontificia y desde el compromiso con nuestros hermanos.

Todos estos gestos de amor se materializan en la corona. Las ofrendas, el compromiso, los detalles de orfebre y cincel,  prestigiarán el  esperado acontecimiento Pontificio, segundo en la historia de Córdoba, después de la coronación de Nuestra Señora del Rosario del Milagro. 

Tags :