La experiencia de la misión en la vida

Experiencia de Merced, la misión en la vida desde la experiencia en la colonia de vacaciones “Sonrisa de elefante” de las comunidades de Buenos Aires.

Continuamos compartiendo los aportes que presentamos a la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe en 2021, que dio paso a rescatar 12 puntos que se toman como los desafíos de la iglesia hoy.

Puedes ver aquí el primer artículo introductorio de este compilado de reflexiones: Un sueño que ilumina

Haz click en las negritas…

Traemos el testimonio de dos jóvenes con sus vidas transformadas a través de este encuentro con Jesús en su experiencia de misión en La Merced, trayendo a la memoria sus pasos por el instituto San Pedro Nolasco del barrio de Caballito, en Buenos Aires,  y el origen de la colonia de vacaciones “Sonrisa de elefante”.

Guillermina, laica de la comunidad mercedaria y ex alumna del centro educativo, cuenta que a los 15 años, siendo alumnos del colegio, los invitaron a formar parte de “Sonrisa de elefante”, recuerda que llevaba un tiempo de preparación: dos campamentos y algunas reuniones hasta febrero, mes en que se realizaba la colonia, en las instalaciones del instituto Padre Marquez, otro colegio mercedario que queda en la provincia de Buenos Aires y es el lugar donde se lleva a cabo la colonia.

 “Iba un poco por curiosidad, para hacer algo con amigos, pero hay encuentros que te transforman la vida, fueron nuestros primeros 10 días que no sabíamos cuánto nos iban a cambiar en la vida propia, y sin duda en la de los demás” expresa Guillermina.

Conoce más sobre la colonia de vacaciones «Sonrisa de elefante» y colabora con el proyecto en su web

Haz click en las negritas…

Sonrisa de elefante aún se continúa realizando durante los primeros 10 días de febrero, participan niños de entre 5 y 11 años, que viven en el barrio lindero del instituto Padre Marquez. Los niños van a la colonia desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, allí desayunan, almuerzan y meriendan, con alumnos y ex alumnos de estos dos colegios que conviven esos 10 días en las instalaciones del lugar.

La misión de esos días es jugar con los niños “puede sonar a poco, uno escucha tantos testimonios tan impresionantes, y nosotros jugamos, siempre decimos que jugar es cosa seria porque, además de compartir ciertas comidas con los chicos, para lo cual se juntan fondos, con una kermese y también con aportes de la Orden para cubrir económicamente el encuentro, la misión es que los niños puedan divertirse y tener una sonrisa de elefante”.

El desafío, dice Guillermina, es que esos 10 días sirvan de motor para vivir todo el año, no sólo para los niños, sino también para los adolescentes y jóvenes que conocen la experiencia de Sonrisa y esa sonrisa los cambia. Guillermina destaca quecambia el rumbo de lo queremos estudiar, nos cambia la cabeza, nos hace volver a casa con una mirada distinta y valorando cosas que capáz antes no valoraba”.

Matías, hoy esposo de Guillermina, destaca la expresión: “quien transforma a quien”, van los jóvenes a darles algo a estos niños que no tienen, en una mirada muy simplista, y terminan ellos brindando un montón de cosas para seguir transformando cada cual en su lugar. También dice Matías “lleven sonrisa a su día a día” que es lo que le transmite a los niños y jóvenes que participan año a año, animando a poner color y ganas a los lugares donde estamos, los lugares de trabajo, “creer que la libertad es lo más importante que cada uno de nosotros tenemos para brindársela al otro” ese es el mensaje de la colonia de vacaciones.

Encuentra los artículos anteriores sobre Sinodalidad: Parte 1 y parte 2.

Haz click en las negritas…

Tanto Guille como Matías resaltan este espacio como el lugar transformador en el que pensaban pasar unos días de vacaciones y terminó influenciando la forma de vida, la forma de ejercer la profesión que cada quién eligió.

“Para nosotros hablar de Sonrisa es hablar de nuestra vida, del modo que queremos vivir” dice Guillermina, “no inventamos nada, solo tratamos de imitar ese modo de hacer y de vivir de Nolasco, de Jesús, que cuesta en este mundo, tuvimos la oportunidad desde muy chiquitos que otros nos enseñaran a hacer de un modo muy distinto”.

Subrayan esta sensación que transmite tanta calma, como un bálsamo, que es saber que nadie desarrolla estas acciones solo, que todos van sumando un granito de arena en el lugar que les toca ocupar, tanto en una carga educativa como en la pastoral social, hasta en el propio trabajo.

“Sabemos que lo estamos haciendo como mercedarios, y quizá es un bálsamo para nosotros, pero es la forma de entender que no estamos solos, que 10 días valen la pena, que una mirada, que un mate compartido, que todo eso vale la pena y que dejamos algo en el otro y que sin duda ese otro dejó algo en nosotros para seguir multiplicándose” (Matías, ex alumno del Instituto San Pedro Nolasco).

Revive este conversatorio en nuestro canal de youtube Mercedarios Argentina